miércoles, 7 de octubre de 2015

Palermo Soho, ¡un barrio de Buenos Aires muy glamoroso!


En los años 70 Buenos Aires no era la convulsionada ciudad que es hoy. Su centro era movido, con tráfico, repleto de comercios, cines, teatros, restaurantes, librerías y disquerías con horarios nocturnos para aquellos que gustaban de caminarlo cuando ya no había gente de oficinas ni bancos que agitaban sus veredas.
Buenos Aires, una ciudad que no tuvo ni tiene nada que envidiarle a las grandes urbes europeas ya que siempre ha brillado con luz propia y que, al decir de muchos turistas, es similar a Paris y con muchísima más vida nocturna.

Por esos años era común ver gente paseando por el centro hasta las 3 o 4 de la mañana y sobre todo cuando salían de la trasnoche de cines o últimas funciones de los teatros que por lo general era a la 1 o 2 de la mañana. Luego, era lo más común ir a tomar un café a clásicos bares muy elegantes (o no tanto) que se hallaban entre las cuadras más conocidas del centro porteño.

La ciudad tenía un ritmo de crecimiento muy vertiginoso y lo fue demostrando en su arquitectura, en la explosión demográfica y en sus avances en todo lo que fuera tecnología, parque automotriz, dinamismo  y variedad laboral.
En la actualidad el centro dejó de ser el eje de la ciudad pues han ido creciendo otras zonas o barrios en pos del glamour y en torno a la oferta gastronómica cada vez más importante.

No ha perdido, por supuesto, su vertiginosidad y sus luminarias, su tráfico, cada vez más intenso, su cosmopolitismo cada vez más acentuado, sus sorprendentes personajes típicos, y a esto le ha sumado cosas que se encuentran en otras partes del mundo, como artistas callejeros de gran calidad, sus estatuas vivientes, y sus tangos que suenan desde un bandoneón, órgano o guitarra en cualquiera de sus calles peatonales.
Pero debido también a la gran cantidad de negocios y a su ritmo tan agitado, en los años 90 comenzó todo este movimiento de bares, restaurantes, casas de moda, casas de artesanías, etc.  a expandirse otros barrios.

Hoy  les contaré sobre Palermo, uno de los barrios mas antiguos, célebres y el más grande de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El barrio tiene 15,9 km2 , una densidad de población de 14.500 hab / km2 y una población de 252.132 hab. fijos, más los que recibe a diario por su gran cantidad de oficinas y negocios, que vienen desde otras zonas de la capital o la provincia.

Se ha dividido en varias zonas que han querido pasar a ser barrios con nombre propio pero no han sido jamás reconocidas oficialmente. Aunque si uno busca en diarios o Internet un piso o negocio, va a encontrarlas bien diferenciadas. Entre esas zonas están las más conocidas: La imprenta, Las cañitas, Palermo Soho, Palermo Hollywood,  Palermo chico o Barrio Parque, Palermo viejo y varias otras más.

En este barrio se encuentran el Jardín Botánico y el Jardín Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires, como así también los Bosques de Palermo, el Jardín Japonés, el Hipódromo, el Planetario de la ciudad, y el centro de cultura islámica Rey Fahd, con una de las mezquitas más grandes de América y una joya arquitectónica, más allá de toda inclinación religiosa. Hay iglesias y catedrales católicas, griegas, armenias, hebreas, etc.. Museos maravillosos como el Malba, entro otros.
Es uno de los barrios con mayores atracciones turísticas.

Pero hoy voy a hacer referencia a una de sus zonas, Palermo Soho, que está dentro de Palermo Viejo y tiene como centro a la Plaza Serrano, la cual oficialmente se llama Plazoleta Cortázar.

Esta zona era una de las más viejas, sus casas datan de los años 1890 a 1920 y hay construcciones más modernas que eran de 1940/50. Lógicamente con el paso de los años se fueron remodelando, o demoliendo y construyendo edificios  o casas más nuevas. Pero en la zona de la Plazoleta mencionada se fueron remodelando, conservando sus estructuras casi originales y en ellas se instalaron diseñadores independientes, restaurantes con cocinas muy variadas, espacios de arte, barcitos muy animados en todos los estilos y todo esto ha convertido a Palermo Soho en un lugar lleno de actualidad y turismo.

En sus calles hay ferias de ropa, adornos, accesorios de moda, antigüedades, cuadros, objetos de arte, artesanías, etc.
Cubre unas 70 manzanas aproximadamente, tal vez un poco menos, pero en todos sus rincones, en todas sus cuadras uno puede sorprenderse encontrando algo que le guste de toda la amplia gama de rubros y presupuestos que hay en su oferta.

Les dejo dos links muy buenos, uno es la información de Wikipedia y la otra es la letra y el audio de Maldito Palermo, un tango cantado por Carlos Gardel.
Si se hacen un viajecito a Buenos Aires, no dejen de conocer esta zona! Está repleta de lugares para conocer!
¡¡¡Imperdible!!!
http://es.wikipedia.org/wiki/Palermo_(Buenos_Aires)
http://www.todotango.com/spanish/las_obras/letra.aspx?idletra=663
Esta es la casa de ropa de las hermanas Oreiro, una de las cuales es la famosa actriz Natalia Oreiro.

domingo, 4 de octubre de 2015

Palacio Ferreyra


El Palacio Ferreyra es hoy el Museo de Bellas Artes. Todo un orgullo cordobés.
El Palacio Ferreyra es hoy el Museo de Bellas Artes. Todo un orgullo cordobés.
Este palacio  se construyó en la primera década del siglo XX. Los arquitectos que lo proyectaron fueron los franceses Ernest- Paul Sanson y su hijo Maurice Sanson, egresados de la Escuela de Bellas Artes de París. Eran especialistas en construcciones de grandes  residencias  particulares para encumbradas familias francesas.
Una de sus obras es el Palais Rose, construido entre 1896 y 1906, en París. Era un monumento representativo de la belle epoque y fue demolido, como tantos otros lugares similares, a fines de la década del sesenta, siendo una lamentable pérdida para el patrimonio arquitectónico francés.
Los Sanson construyeron en Francia, varios países de Europa y su fama, se extendió a Estados Unidos.
Pero su obra cumbre es el Palacio Ferreyra, encargado por el doctor Martín Ferreyra, destacado cirujano, con estudios en Buenos Aires, Francia e Inglaterra; de actuación pública en distintas funciones, propietario de canteras y pioneroen el desarrollo de la industria de la cal. Estaba casado con doña Mercedes Navarro Ocampo y tenían siete hijos, siendo uno de sus lugares preferidos para vacacionar, Francia.
Hacia 1910, les encargó a los Sanson su casa de Córdoba, pidiéndoles que se inspiraran en otra obra del estudio: el Hotel Kessler, parisino, adquirido luego por el perfumero Coty y hoy también destruido.
Ya en Argentina le pidió al  experimentado ingeniero Carlos Agote, que se hiciera cargo de la edificación, que por demoras por la primera guerra mundial, terminó de construirlo en el año 1916.
El historiador de arquitectura Nikolaus Pevsner señaló que es notable este edificio y se mostró sorprendido por su escala y calidad, a las que dijo, ningún palacio británico podría superar, ni siquiera el de Buckinham. Según su descripción está rodeado por un mediano jardín, sobre una avenida principal de la ciudad, y no se da cuenta uno del tamaño; con un hall central de cien por cien pies (el salón de baile del palacio de Buckinham tiene ciento veinte por sesenta pies, para dar una idea) y su altura (superior a todos ellos) es de setenta y cinco pies.
Exteriormente, el estilo adoptado es una recreación del clasicismo francés de los siglos XVII y XVIII. Combina una composición decorativa de rígida geometría con una elegante ornamentación de motivos vegetales y animales que dan cierto aspecto art nouveauEl parque circundante, estructurado según cada frente de la casa, combina áreas de trazado geométrico, provistas de fuentes y canteros, con otras de inspiración naturalista, integradas por macizos arbóreos de especies autóctonas y exóticas. Diseñado por Charles Thays, este parque es un ejemplo sobresaliente de jardín privado urbano, el de mayor tamaño y mejor conservado de la Argentina. Ese gran arquitecto pisó suelo argentino por primera vez para diseñar esos jardines y luego, cuando pasa a manos del estado, se transforman en un gran parque, hoy llamado Parque Sarmiento. CCCCC
Los interiores, organizados alrededor de un imponente hall central tiene una monumental escalera y un gran balcón perimetral. Este lugar, de escala desmesurada -más de 20 metros de altura- está cubierto por un enorme cielorraso suspendido que parece flotar por encima de la balaustrada de coronamiento gracias a un inusual dispositivo de iluminación natural que la rodea.
Alrededor de este hall hay grandes salones de recepción en la planta baja. En el primer piso, habitaciones privadas cuya decoración y mobiliario estuvieron a cargo de la casa Krieger de París. Estos interiores constituyen un conjunto único en América y probablemente en todo el mundo, ya que representan una sofisticada versión del estilo Imperio, característica de principios del siglo XX.
Debido al abandono involuntario de su familia, por no poder hacerse cargo de los impuestos, transcurridos los años, luego de la muerte de su propietario, el estado se hizo cargo y lo transformó en museo, lamentablemente, causando algunas pérdidas en su estructura total y en sus interiores.
La Casa Grande, como la llamó su dueño, estaba constituida por innumerables habitaciones, recintos y baños. En el nivel superior había 27 espacios. Su readaptación para dar cabida al museo requirió un calificado trabajo que implicó revolucionar todo el interior de la enorme mansión, con demolición de paredes para dar lugar a
Para no alterar la escalera principal, se construyó una lateral, de un metro y medio de ancho, metálica y forrada con cuero para el movimiento de un público de mayor edad o discapacitado. Además, se instaló un moderno ascensor.
La responsabilidad de la delicada tarea estuvo a cargo del estudio GGMPU, con la dirección del arquitecto Jorge Morini, que cuenta entre sus antecedentes profesionales la construcción del edificio de Tribunales II de esta capital.
grandes salas.

El Palacio Ferreyra tiene una superficie de 4800 m2, de los cuales ahora casi 3000 m2 están destinados a 14 salas de exposiciones: en la Planta Noble, cuatro salas; más el Gran Hall Central; en el subsuelo, tres salas y el auditorio; en la primera planta tres grandes salas de gran altura, y en el nivel superior tres salas de menor tamaño y altura.
En la parte externa del inmueble, la obra consistió en la restauración del basamento, paramentos lisos, cornisas, molduras, ornamentaciones (relieves y grupos escultóricos), copones, balaustrada, baranda de acceso a terraza, escalinatas, barandas y rejas de hierro.
En el techo repusieron numerosas pizarras con piezas originales traídas desde Francia.
Los paramentos lisos, cornisas y molduras están conformados por símil piedra París. En todos los paramentos se debieron acometer numerosas fisuraciones, microfisuraciones y grietas. El estado de las cornisas y molduras era más grave en cuanto a erosiones y desplazamientos. En uno de sus laterales, el edificio había cedido unos 10 centímetros por humedad en el terreno como consecuencia del deterioro de los desagües pluviales.
En el hall principal se restauró el piso de venecitas, sellando las grietas y recolocando las piezas siguiendo el diseño original. Se repararon mármoles de la escalera principal, sellando juntas y fisuras, y reponiendo piezas faltantes. En la importante baranda de escalera se limpiaron, pulieron y laquearon todas las decoraciones aplicadas sobre la baranda de hierro. Se repararon y pintaron un total de 124 carpinterías de madera de todos los niveles exterior e interior, y seis aberturas metálicas dejando en perfecto funcionamiento cada una de ellas. Limpieza de herrajes de bronce y laqueado de los mismos.
El arquitecto Morini explicó que, además de toda la reconstrucción y el reciclado, se hizo en toda la estructura un enorme tendido de cañerías con los sistemas de iluminación, aire acondicionado, cámaras de televisión, sistemas antiincendios, sin que estén a la vista del público.
El profesional destacó que todo se resolvió sin alterar la fisonomía arquitectónica original, dado que debió compatibilizarse lo antiguo con lo moderno.
Cuando comenzaron las obras en el palacio, diversas entidades como la Junta Provincial de Historia y agrupaciones políticas se opusieron bajo el argumento de que atacaba el patrimonio cultural. Incluso la Municipalidad recurrió a la Justicia para detener los trabajos, pero recibió un fallo adverso.
También, arquitectos, museólogos y conservadores de arte coincidieron en que era “un despropósito” la demolición de paredes internas de la mansión.
Ahora, los reclamos y temores quedaron atrás.


Dirección: Hipólito Yrigoyen 511 Córdoba Capital Provincia de Córdoba
Teléfono: 0351  434 36 36 (con el código de país antes 054)
Horario para visitarlo: De martes a domingos y feriados  de 10 a 20 horas
Tiene accesibilidad para silla de ruedas
Página oficial: http://www.cba.gov.ar/cordoba-cultura/museo-superior-de-bellas-artes-evita-palacio-ferreyra/


viernes, 2 de octubre de 2015

Banchero, una clásica pizzería porteña

El actual local en el barrio de La Boca
El actual local en el barrio de La Boca
El antiguo local de la Pizzería Banchero
Don Agustín Banchero llega a Buenos Aires, proveniente de Génova en 1893. Como muchísimos inmigrantes de esas épocas, se instala en el populoso barrio de La Boca. Pone una panadería, llamada Riachuelo, en alegoría a una parte fundamental del barrio, su río en el puerto con aguas color león. Y comienza a hacer la fugazzacon queso que se hace famosa en poco tiempo (pizza de cebolla que por lo general lleva un toque de oliva y en este caso con el agregado de mozzarella).



El antiguo local de la Pizzería Banchero
La fugazza, una de las pizzas tradicionales de Banchero
En el año 1932, Juan, hijo de Agustín, con sus hijos, se independiza del negocio paterno y funda la Pizzería Banchero en la misma esquina del barrio de la Boca que hoy sigue funcionando. Av. Almirante Brown y Suarez.
Grandes artistas se convocan en ese local, que los acogía con la calidez y el sabor y aroma de sus pizzas. Por nombrar algunos cito al famoso pintor Don Benito Quinquela Martín, la maravillosa Tita Merello, o Tita de Buenos Aires, el señor actor Luis Sandrini, la señora Eva Duarte, "Evita Perón", y tantísimos otros artistas de varias disciplinas, muy famosos y queridos por todos.

Juan y sus hijos fueron dando lugar a que las siguientes generaciones de la familia Banchero, continuaran con ese antiguo salón que lleva más de 75 años funcionando y que a su vez inauguraran otros locales en distintos puntos de la capital. Jamás descuidaron la calidad de sus pizzas y las recetas originales.
Con mas de 50 variedades de pizzas, varios gustos de empanadas, tartas y una carta de restaurante con comida clásica porteña desde minutas hasta parrilla, (que fue agregado con el correr de los años), con porciones abundantes y sabrosas, es un placer que se adapta a los gustos de todos los comensales.

La fugazza, una de las pizzas tradicionales de Banchero
 
Por todo esto es un lugar que no debe perder de conocer el turista al recorrer Buenos Aires, para degustar sus productos y reconocer la historia en sus fotos, cuadros de Quinquela y ver detalles de la ambientación, típicamente porteños de los años 30.
Actualmente cuenta con tres locales, uno, el citado, en el barrio de la Boca, otro en el Centro, en Av. Corrientes y Talcahuano y el otro en el Once, en Av. Pueyrrredón, 123.